viernes, 5 de octubre de 2012

La palabra de Diós y la de Einstein - Contraposición

Albert Einstein
"La palabra Dios para mí no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana y la Biblia una colección de honorables pero primitivas leyendas". Con esta rotundidad se expresaba Albert Einstein, en una carta escrita en 1954. La histórica carta fue enviada por Einstein al filósofo judío Eric Gutkind, como respuesta a su libro: 'Optemos por la vida. La llamada bíblica a la rebelión'. Es un documento que va mucho más allá de las preocupaciones científicas del genio y deja muy clara su opinión sobre las creencias religiosas.

En la carta, Einstein afirma que, en su opinión, el judaísmo y todas las religiones son "la encarnación de las supersticiones más infantiles" y no considera a los judíos "mejores que otros grupos, ni elegidos".
 

Einstein es una de las mentes más grandes de la historia, pero casi todo lo que conocemos de él es científico. Por eso esta carta, que estos días sale a subasta, supone la revelación de un aspecto poco conocido del físico. Nadie conocía la existencia de esta carta hasta hace poco.

Sin embargo, algunos expertos niegan la novedad de esta carta. Diana Kornos Buchwald, profesora de Historia del Instituto Tecnológico de California y directora del Proyecto Einstein Papers, certifica la existencia de copias de la carta y otros escritos que reflejan preocupaciones y sentimientos similares del científico. Estos escritos están presentes, por ejemplo, en los Archivos Albert Einstein en la Universidad de Jerusalen o el centro de su proyecto en Pasadena, California.

Según Buchwald "no hay ninguna novedad en esta carta". Su postura frente a la religión quedó clara desde que se convirtiera en una figura pública en 1921, tras recibir el premio Nobel de Física. Sin embargo, reconoce que la carta "es franca y deja su posición muy clara en contraste con otros escritos donde era más comprensivo con la necesidad que sienten algunas personas de creer en Dios y no mostraba desprecio hacia la religión".

La carta se dió a conocer ya entre el gran público en mayo de 2008 cuando fue subastada por 310.000 euros y avivó la eterna guerra cultural entre ciencia y religión, hoy en 2012 la puja inicial es 2,3 millones de euros.